Si sos líder y tu escritorio, mail y/o teléfono están colapsados de gente preguntando: “¿cómo hago esto?”, “¿qué le respondo a Mengano?”, “¿cómo manejo tal situación?”, “¿está bien este mail?”; entonces, ¡esta nota es para vos! Pues, si estas frases son cotidianas para vos, tenés un desafío muy importante: aprender a responder menos y a repreguntar más. Liderar no es tener ni dar, siempre, todas las respuestas; sino ayudar a que los demás las encuentren.
Aún si tenemos un equipo nuevo con gente poco experta, podemos ejercitar que sean los otros quienes, con nuestro acompañamiento, vayan formando su criterio, sus respuestas.
Ante la pregunta: “¿Cómo hago esto?” podés repreguntar: “¿A vos qué te parece mejor hacer?” o “¿Por qué no elaboran una respuesta con Pedro y la analizamos juntos en una hora?”. Salvo en casos de extrema urgencia, el o la líder no están en su puesto para contestar todo, pues eso genera equipos demasiado dependientes, con poca o nula agilidad laboral, mucha dependencia y falta de creatividad.
El liderazgo es crear o sacar del otro el potencial que tiene. Debés confiar en que todos/as tienen potencial, en mayor o menor medida. Pero, difícilmente lo podrán demostrar si siempre estas ahí para responder, contener, programar, solucionar e indicar cómo deben hacerse las cosas.
Además, haciendo toooodo eso, ¿cúando te podrás ocupar de lo realmente importante? ¿Cuándo proyectás? ¿Cuándo innovás? ¿Cuándo te permitís ver más allá del incendio del momento?
El desafío, entonces, querido/a líder, es jugar a ser frontón: ante una pregunta o consulta, tu colaborador/a se debería llevar una repregunta que lo o la ayude a generar criterio e independencia, junto con la certeza de que estás allí para acompañar. Podés decir: “Julián, confío en vos. ¿Qué te parece de hacer? Contame qué harías vos…” o “Mariana, ¿qué le responderías vos a ese cliente?”
Atención: las respuestas que ellos o ellas den seguramente no serán las mismas que vos darías. Ahí está TU desafío: distinto no necesariamente es malo, incluso puede ser superador… Entonces, si la respuesta es suficientemente adecuada, felicitalo/a y dejalo/a que siga aprendiendo.
Aunque este proceso de repregunta inicialmente lleve un poquito más de tiempo y genere inseguridades tanto en tus colaboradores como en vos, es indispensable para que puedas hacer las dos cosas que caracterizan a los verdaderos líderes: formar a tu gente y focalizarte en lo importante con perspectiva y visión de futuro.
¿Te animás a intentarlo?

Lic. y Coach Karen Strauss
Socia fundadora de Sígnica Consultora en Comunciación