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Volver para sumar ¿Cómo planificamos y comunicamos una vuelta a la presencialidad motivadora?

Uno de los temas que más preocupan y ocupan actualmente a las empresas es la vuelta a la presencialidad laboral: ¿cómo hacerla?, ¿cómo organizarla? y ¿cómo comunicarla para que sea bien recibida? En esta nota, les compartimos los aprendizajes que hemos hecho al acompañar a distintas empresas en este proceso.

Primer paso: por qué y para qué

Antes de volver, debemos tener muy en claro por qué y para qué estamos volviendo. La respuesta no debe ser: “porque corresponde”, “porque todos están volviendo” y menos aún “porque queremos verlos trabajar”. Este tipo de respuesta responden a paradigmas laborales caducos que la gente no respeta, valora ni elige.

Las respuestas al porqué y el para qué del regreso a la presencialidad pueden y deberían venir de la mano de:

  • La importancia de la conexión entre los miembros de un equipo.
  • La necesidad y el deseo de, ahora que podemos, separar la vida personal de la laboral para respetar los tiempos y espacios de cada una.
  • La importancia de vernos para reconocernos como parte de una empresa/organización/etc.: la identidad.
  • Promover la creatividad.
  • Generar interacciones productivas que nos lleven a planificaciones mancomunadas y a desarrollos con multiplicidad de miradas y aportes.

Segundo paso: el cómo

La virtualidad no fue, en la mayoría de los casos, una elección, pero ahora sí podemos elegir cómo y por qué optamos por un sistema mixto (la mayoría de las empresas están optando por esta modalidad). La literatura respecto del trabajo mixto y las pruebas hechas en múltiples empresas durante los últimos 25 años, señalan que la alquimia ideal no está en el homeoffice total, ni en la presencialdiad absoluta. Hoy sabemos que necesitamos “un poco y un poco”. La mayoría de las y los colaboradoras/es millennials cualificadas/os no querrán opciones laborales que les ofrezcan menos de dos días de trabajo en casa. Este aspecto determina sus elecciones laborales.

Pero, ¿cuál es la medida ideal? Según las experiencias realizadas, el equilibrio está en un 3 x 2 o 2 x 3. Esto es algo que debemos asumir como uno de los tantos cambios que hemos atravesado en los paradigmas laborales y tiene que ver con el balance entre la vida personal y la laboral. Además, hemos aprendido, tal vez a la fuerza, que podemos seguir trabajando a distancia y hacerlo significativamente bien.

Además, es clave cómo vamos a preparar el lugar en el que vamos a recibir a nuestros equipos. Rediseñemos los espacios de trabajo para que las personas se sientan seguras, sabiendo que se respetan todas las normas sanitarias porque queremos cuidarlas. Pero además, busquemos que se sientan más cómodas que nunca (mucho más que en su lugar de trabajo en casa) y especialmente bienvenidas.

Tercer paso: comunicación.

Todas las decisiones que tomamos en una empresa deben ser correctamente comunicadas. ¡Mucho más una de tanto impacto como es la vuelta a la presencialidad! Es fundamental que planifiquemos bien qué le vamos a decir a nuestros colabores para que el regreso sea motivado y con ganas. Para hacerlo, debemos informar:

¿Para qué volvemos? Volvemos porque conectarnos por videollamada no reemplaza al 100% el contacto humano. Volvemos para vernos, para reírnos juntos en un pasillo de la mano de un café, para compartir, para dar feedbacks cara a cara, para crear y discutir en conjunto. Y, fundamentalmente, volvemos para que el tiempo de trabajo en casa no esté atravesado constantemente por infinidad de reuniones, sino que se convierta en tiempo de trabajar concentradas/os sobre las tareas que hemos planificado y distribuido en equipo en la presencialidad.

En síntesis, volver no debe significar el retorno a un modelo ya superado, sino un regreso que resignifique los tiempos, los espacios y las labores. Debemos volver para lograr un trabajo más productivo, ameno y de superación profesional y empresarial.

Si comunicamos el regreso teniendo en cuenta estos parámetros, de manera asertiva, abierta y con escucha; eso que podía ser un desafío se transformará en un espacio de fidelización de nuestro cliente interno.

Karen Strauss
Lic. en letras UBA
Especialista en Coaching
Socia fundadora de SÍGNICA

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